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  • Foto del escritorJosé M. Caballero

El ciclo anual en la ciudad: mayo



Que por mayo era, por mayo,

cuando hace la calor,

cuando los trigos encañan

y están los campos en flor,

cuando canta la calandria

y responde el ruiseñor,

cuando los enamorados

van a servir al amor;[…]


En lugar de preguntarnos qué entiende el autor anónimo de este “Romance del prisionero” por “servir al amor”, vamos a centrarnos en el ciclo anual, en la última entrada de esta serie. La primera fue en mayo del año pasado; como estaba empezando y no sabía exactamente qué formato darle, la hice muy breve. En los meses siguientes me fui extendiendo un poco más, y ahora que llegamos al final, no quiero dejar un mes tan bueno como mayo con tan poco contenido, por eso vuelvo a él. Pero ya es lo último. (No os preocupéis, no voy a ir repitiendo mes tras mes en un eterno ciclo anual.)

He intentado con estos pequeños artículos mostrar o recordar algunos de esos acontecimientos que marcan el ritmo natural de los meses, de las estaciones, y que se pueden percibir en la ciudad o en sus alrededores, alejándonos todo lo más hasta el Parque regional de El Valle y Carrascoy, tan frecuentado. Cosas que pasan y que podrían contribuir a ajustar nuestros relojes biológicos, aunque a veces casi no nos demos cuenta.

Se han considerado fenómenos astronómicos: solsticios y equinoccios, variación en las constelaciones visibles a lo largo del año,… Evidentemente, también hay referencia a fenómenos meteorológicos y climáticos, como temperaturas o épocas de lluvias. Pero quizá donde más atención se ha puesto es en los acontecimientos relativos a los seres vivos en el medio natural, así como en el hábitat urbano, y en ese medio humano-natural que es la huerta de Murcia.

Dije que abril era un mes pletórico de vida; mayo también lo es. Una diferencia es que mayo deja la impresión de madurez que no dejaba abril. Puede deberse, entre otras cosas, a que, aunque sigue habiendo muchas plantas en flor, hay otras muchas cuya floración ya pasó y que amarillean o van pintando de pardo los campos. Estoy hablando de Murcia y sus alrededores, claro. En otras partes de la Región, mayo es la culminación de la primavera.

Por la huerta empezamos este repaso (Figs. 1 y 2). Tiempo de recolección y tiempo de espera. Se recogen patatas, apio, avena para alimentación animal,... Es el final de la temporada de alcachofas, y los nísperos ya están en sazón. En cambio, hay frutas de verano que todavía están haciéndose: ciruelas, melocotones, albaricoques. También los membrillos y las almendras.

Fig. 1. A. En esta parcela de huerta de Cabezo de Torres se está recogiendo apio. B. Y en esta otra, muy próxima a la ciudad de Murcia, estaba así la avena a principios de mayo. Esta avena en concreto se usa sobre todo para alimentar a los caballos que se crían por la zona, y fue segada hacia mediados de mes. C. Nisperero (Mespilus germanica) con los frutos ya maduros. D. Granado (Punica granatum). Los granados están en plena floración durante el mes de mayo. Las flores son muy características, con el cáliz rojo y carnoso, que parece de plástico, pétalos libres, también rojos, y numerosos estambres.

Fig. 2. Membrilleros (Cydonia oblonga, A) y ciruelos (Prunus domestica, B) están formando sus frutos; todavía les queda tiempo hasta que estén maduros. C y D. En las zonas de huerta podemos encontrar dos tipos de moras, en plantas muy distintas que además no se cultivan por sus frutos, aunque ambos sean comestibles y sabrosos. Las moreras (Morus alba, C) se utilizaron durante mucho tiempo para la alimentación de gusanos de seda, por eso se favoreció su expansión. En mayo las vemos con fruto. Las zarzamoras (Rubus ulmifolius, D) no se cultivan, pero proliferan en bordes de cultivos, márgenes de acequias y otros cursos de agua,… siempre asociadas a bastante humedad. Ahora están en flor, los frutos madurarán a final de verano.



Hay, como vemos, muchos procesos de las plantas vinculados al ciclo anual: floración, fructificación y dispersión de frutos y semillas, caída de hojas, germinación,.... Para ver ejemplos de lo que ocurre este mes, iremos de los ambientes más antropizados, como la ciudad, a los menos antropizados, aunque está claro que en la zona en la que nos movemos todos los hábitats están sometidos a acusada influencia humana.

Árboles característicos, muy cultivados en la ciudad, tanto en calles como en jardines, están en flor (Fig. 3): el árbol botella o braquiquito (Brachychiton populneus), la melia o cinamomo (Melia azedarach), y especialmente las jacarandas (Jacaranda mimosifolia), que tiñen de azul bastantes zonas de la ciudad durante unos días de este mes.

Fig. 3. Tres árboles y un arbusto. Los tres árboles, de muy distinta procedencia, han venido a juntarse en calles y jardines de Murcia, y están ahora en flor. A. Árbol botella o braquiquito (Brachychiton populneus), originario de Australia. B. Celinda (Philadelphus coronarius), arbusto con flores que huelen a azahar y del que no se conoce exactamente su procedencia; parece que es del Mediterráneo oriental. C. Melia, agriaz o cinamomo (Melia azedarach). Originario del sureste asiático, en algunas zonas se naturaliza, comportándose como especie invasora. Dentro de un tiempo lo veremos con sus frutos carnosos amarillos, muy característicos. D. Mirando la ciudad desde la terraza de un edificio alto, se pueden ver calles enteras coloreadas de azul por este árbol, jacaranda o jacarandá (Jacaranda mimosifolia), procedente de Sudamérica.



En los bordes de caminos y de cultivos que podemos recorrer en nuestros paseos por los márgenes de la ciudad, la influencia humana también es muy intensa, aunque no tanto como en el cemento de la urbe: pisoteo, destrucción de plantas por la maquinaria utilizada en agricultura, aportes de nitrógeno, plaguicidas,… Aún así, crecen espontáneamente muchas plantas, y bastantes de ellas están en flor a lo largo de este mes. En la Fig. 4 se da una muestra.

Fig. 4. A. Esta corregüela (Convolvulus arvensis) suele empezar a florecer algo más tarde que la corregüela rosa (C. althaeoides) que puse el mes pasado, pero a lo largo de mayo se puede ver a las dos en flor al mismo tiempo. Pertenecen a la familia Convolvuláceas; tanto el nombre de la familia como el del género hacen referencia a que el tallo es voluble, es decir, va enroscándose alrededor de otras plantas para conseguir apoyo. B. Pallenis spinosa (=Asteriscus spinosus, ojo de buey) es una compuesta muy abundante en los bordes de caminos de los alrededores de Murcia. En la imagen hay un capítulo (agrupación de florecillas), con las brácteas (hojas transformadas) espinosas a las que debe el nombre, y en él está el escarabajo Heliotaurus ruficollis. C. En los bordes de los cultivos florece ahora el ajo porro o puerro silvestre (Allium ampeloprasum), pariente muy cercano de cebollas y ajos. D. Para conseguir la dispersión de frutos y semillas, las plantas recurren a muy diversas estrategias. El cardo corredor (Eryngium campestre) debe su nombre común a que muchas veces es toda la planta la que, movida por el viento después de soltarse del sustrato, lleva los frutos y semillas a otras partes, logrando así su dispersión. E, F y G. Las gramíneas son plantas en las que, por lo general, nos fijamos poco, ya que sus flores, verdes, pequeñas y agrupadas en espiguillas, no tienen la vistosidad que nos ofrecen otras familias. Pero son fundamentales en cuanto a la alimentación (los cereales son gramíneas), en cuanto a número de especies (en Murcia, por ejemplo, es la segunda familia en número de representantes, después de las compuestas), y también por la extensión y relevancia de las formaciones vegetales a las que dan lugar: estepas, sabanas, praderas,… La cebadilla de ratón (Hordeum murinum, E), ya no está verde como en meses anteriores, ahora da color amarillo o pardo a los bordes de muchos caminos; de ahí la impresión de que, por aquí, en mayo empiezan a agostarse algunas zonas, esa impresión de madurez. F. La espiguilla de seda, Melica ciliata (o Melica magnolii) no es tan abundante como la anterior o la siguiente. Se ha utilizado como planta ornamental. G. Otra gramínea, que no sólo está en bordes de caminos, sino que forma praderas, es Stipa capensis, que en diversos lugares recibe el nombre común de “mechón de vieja”.



Vayamos ahora a zonas de monte de los alrededores de Murcia: los montecillos con margas y areniscas cercanos al campus de Espinardo o entre Murcia y la Alcayna, el Parque regional de El Valle y Carrascoy,... Aquí la intervención humana no es tan intensa como en los ambientes anteriores, pero sigue siendo marcada; podemos considerarlos medios “seminaturales” más que naturales. Ahora están repletos de plantas en flor, es un espectáculo pasear por algunos de estos parajes. Es la época de floración de jaras y jarillas (Fig. 5), de tomillos (Fig. 6) y de otras muchas especies (Fig. 7).

Fig. 5. Las jaras y jarillas, características del matorral mediterráneo, son arbustos o pequeñas matas de flores blancas, amarillas, o –menos frecuentemente– rosadas, que en esta época muestran con todo su esplendor. Además de las que han empezado ahora, continúan floreciendo otras que se mencionaron los meses anteriores, como Cistus albidus y Cistus clusii. Todas ellas, y bastantes más, se pueden ver en el Parque regional de El Valle y Carrascoy; pertenecen a la familia Cistáceas. A. El jaguarzo morisco o jara negra, Cistus salviifolius. B. Otro jaguarzo, al que también se le ha dado el nombre común de jara negra, Cistus monspeliensis. C. Jara blanca o jaguarzo blanco, Halimium atriplicifolium. D. La jarilla Helianthemum apenninum subsp. cavanillesianum, llamada perdiguera o zamarrilla, es una matita de mucho menor porte que las anteriores.

Fig. 6. También los tomillos, plantas aromáticas de la familia Labiadas, son típicamente mediterráneos, y algunos florecen durante este mes; aquí hay dos ejemplos. A la izquierda, el tomillo fino o tomillo aceitunero, Thymus zygis. A la derecha, tomillo blanco o terrero, Thymus membranaceus. A diferencia del anterior, es una de las especies de tomillo que tienen corola larga, tubular. Además, es uno de los numerosos endemismos del sureste ibérico: sólo se encuentra en Alicante, Almería, Granada y Murcia.

Fig. 7. Además de jaras, jarillas y tomillos, muchas otras plantas florecen durante el mes de mayo en laderas, montes, áreas de pinar, carrascal o matorral, y otros medios seminaturales. Aquí hay una pequeñísima representación. A. Una de las especies de madreselva que tenemos en la Región, Lonicera implexa. Es una planta leñosa trepadora que suele encontrarse en zonas de sombra. B. Bocha, Dorycnium pentaphyllum. Este matorral, muy abundante, es una leguminosa de pequeñas flores blancas. La palabra “pentaphyllum” significa “cinco hojas”; en realidad, cada hoja tiene cinco divisiones o foliolos. C. La cañaheja (Ferula communis) es una umbelífera que puede alcanzar varios metros de altura. Muchas laderas soleadas se cubren con esta planta, dando lugar así a lo que parecen “bosquecillos herbáceos”. D. También en zonas soleadas, más o menos pedregosas, aparece la hierba pincel (Coris monspeliensis), primulácea de flores muy llamativas. Es planta melífera, y tiene usos medicinales. E. En cambio, esta orquídea, Cephalanthera longifolia, habita más bien lugares sombreados de bosques, estando frecuentemente al pie de encinas. Es mucho menos abundante que las otras especies de esta figura.



He puesto más plantas que otras veces, pero es que mayo, como dije en la entrada de hace un año, es el mes de las flores.

Entre los animales, siempre hemos dedicado especial atención a las aves: periodo de cría, pasos migratorios, invernantes que llegan y se van, estivales que reemplazan a las invernantes,… En mayo todavía podemos notar los últimos coletazos del paso migratorio. Y las actividades reproductivas siguen a buen ritmo (Fig. 8). Se ven pollos volanderos de numerosas especies: mirlos, gorriones, currucas,… lo que significa que las primeras crías ya han abandonado el nido. Muchas

aves tendrán una segunda, incluso una tercera nidada.

Fig. 8. A y B. Las dos imágenes se tomaron en la misma zona, alrededores de Cabezo de Torres. A. Aunque la foto es del 30 de abril, la garcilla cangrejera (Ardeola ralloides) que aparece en ella no cría aquí, por lo que parece tratarse de un individuo en paso. Tenemos noticias de individuos que estaban en paso por la Región los días posteriores. B. Azulón o ánade real (Anas platyrhynchos), hembra, con un pollo. Son patos que crían en acequias de la huerta (además de en muchos otros lugares), y en el presente caso el éxito reproductor ha sido muy bajo. Seguramente, en estos ambientes la depredación de nidos y huevos es elevada: gatos, cernícalos, incluso humanos,... C. Avión común (Delichon urbica) en el nido. Una y otra vez acuden a él para llevar alimento a los polluelos. D. A veces los gorriones comunes (Passer domesticus), como auténticos okupas, les quitan los nidos a los aviones. E. Aunque ha habido lluvias este mes de mayo, después de unos días de sol y calor apenas quedan charcos. Golondrinas comunes (Hirundo rustica), como la de la imagen, y golondrinas dáuricas, aprovechan uno de ellos y cogen materiales, barro y paja, para construir o reparar sus nidos.



De otros vertebrados nos hemos ocupado menos. En los reptiles y anfibios, el ciclo anual lo determina, además de la reproducción, el periodo de inactividad o letargo invernal, que en la Región de Murcia es poco marcado para algunas especies (Fig. 9). Algunos mamíferos, como los murciélagos, también se quedan inactivos a lo largo del invierno. En este caso no se trata de un letargo como el de reptiles o anfibios, sino de hibernación.

Fig. 9. Los reptiles también despliegan una gran actividad por estas fechas. A y B. Dos lagartijas del mismo género, relativamente abundantes en las cercanías de Murcia: la lagartija colilarga (Psammodromus algirus, A) y la lagartija cenicienta (Psammodromus hispanicus, B). En la misma ciudad, además de en los alrededores, se pueden ver salamanquesas comunes (Tarentola mauritanica, C); esta fue herida en combate. Se ha estudiado cómo se mantienen adheridas a paredes y techos; parece que se debe a fuerzas de Van der Waals. D. Se llevan a cabo riegos en la huerta durante este mes y las acequias llevan agua. A veces se ven en ellas peces, como estas carpas (Cyprinus carpio), que en las zonas menos profundas se ven obligadas a arrastrarse por el fondo para poder seguir su camino.



Entre los invertebrados, he hablado sobre todo de insectos (Fig. 10). Aparte de ser el grupo más numeroso, muchos insectos son muy conspicuos y se detectan con facilidad. A lo mejor exagero un poco, pero en mayo, si un día soleado miras una flor, o hay algún insecto en ella, o aparece en menos de un minuto. Incluso saltamontes y libélulas, que no son precisamente los primeros de la temporada en mostrarse activos, se ven en abundancia. Es la época de enjambre de las abejas: cuando surge una nueva reina en una colmena, como no pueden convivir dos, la abandona junto con un grupo de abejas y busca un nuevo sitio donde establecerse; en este momento es cuando más peligrosas son. También se ven muchas mariposas, por ejemplo mariposas de los cardos (Vanessa cardui), volando torpemente y con las alas muy deterioradas, lo que nos indica que una generación está llegando a su término. Pero es posible que algunas de ellas hayan llegado desde África tropical, atravesando el Sahara y el Mediterráneo en un viaje migratorio inverso al que realizaron sus progenitores.

Fig. 10. A y B. Las mariposas diurnas del género Melanargia (familia Ninfálidos, subfamilia Satyrinae) muestran un ajedrezado blanco y negro en la parte superior de las alas, lo que les ha valido el nombre de “mediolutos”. En las fotos, Melanargia ines, medioluto Inés. Se ven con mucha frecuencia ahora en las cumbres de los montecillos alrededor de Murcia. C. Otra mariposa abundante, Colias croceus. A lo largo de la temporada se sucederán tres o cuatro generaciones de esta especie, y los individuos de la última pasarán el invierno aletargados. D. Los zigénidos son una familia de mariposas nocturnas, pero tienen hábitos diurnos. En la imagen, Zygaena sarpedon, posada en una mata de rabogato (Sideritis sp.). E. Un saltamontes áptero de la familia Panfágidos, probablemente Eumigus sp. Las especies de este género son endémicas de la península Ibérica. F. Una mosca abejorro (parece un abejorro, pero es un díptero), probablemente del género Bombylius. Está metiendo el “pico” en la corola tubular de Thymus membranaceus, el tomillo blanco.



Llegamos al final. Sólo una última consideración. Quizá habéis notado que cuando hablo en primera persona unas veces utilizo el singular y otras el plural. No es plural de modestia (tengo poca) ni plural mayestático (majestad tengo aún menos). Es que esta sección, aunque la escriba y la firme yo, debe mucho al trabajo conjunto de El rollo verde. ¡Hasta siempre!


Un paraje del Parque regional de El Valle y Carrascoy, con pinos (Pinus halepensis), carrascas (Quercus rotundifolia) y jaras en flor, sobre todo Cistus salviifolius y Cistus albidus.


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