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  • Foto del escritorJosé M. Caballero

Falaropo picofino, un ave curiosa



Falaropo picofino (Phalaropus lobatus). Todas las fotografías de esta entrada son de la hembra vista en las salinas de San Pedro del Pinatar (Murcia) el 27/07/2023


“¡Un gaviotín!”, exclamó uno de los componentes del grupo que pasó a mi lado justo cuando yo fotografiaba al ave que aparece en la imagen. No, no, los limícolas no son gaviotas aunque pertenezcan al mismo orden de aves, las Charadriiformes. Además, esta limícola, el falaropo picofino (Phalaropus lobatus), es un tanto especial, por razones como las que señalo a continuación.

La palabra ‘limícolas’ (habitantes del limo) hace referencia a la costumbre de muchas de estas aves, que buscan su alimento corriendo entre el limo o el fango en la orilla de rías, marismas, u otros hábitats acuáticos. Los falaropos, en cambio, son limícolas nadadores, como se puede ver en las figuras, y así suelen buscar su alimento, que consiste principalmente en pequeños invertebrados. El nombre ‘phalaris’ se aplicó a fochas y otras aves más o menos acuáticas, que tienen los pies no completamente palmeados como los de los patos, sino semipalmeados, con aspecto lobulado. Por lo tanto, ‘phalaropus’ significa ‘pie de focha’, lo que nos da pie para hablar de convergencia adaptativa. La segunda palabra del nombre científico de nuestra ave, ‘lobatus’ (‘con lóbulos’), alude a la misma característica, la forma de los pies que se intuye en las siguientes fotografías.

Los falaropos son aves migradoras, y otra de sus costumbres peculiares es que invernan en mar abierto, en altamar. El falaropo picofino, en concreto, cría en las zonas árticas, principalmente en Islandia y Escandinavia si nos circunscribimos a Europa, aunque también hay algunos lugares de cría en el norte de Gran Bretaña. Las zonas de invernada más importantes están en la franja intertropical, o más al sur, en el interior de los océanos Atlántico, Pacífico e Índico. Hasta hace poco se desconocía casi todo lo referente a su invernada, pero estudios realizados ya entrado este siglo han revelado bastantes datos. Sumando los trayectos de ida y vuelta, los individuos de determinadas poblaciones pueden llegar a recorrer unos 25000 km en su viaje migratorio.

Hay más rasgos “atípicos”, como el dimorfismo sexual inverso y comportamientos relacionados con él. En muchas aves son los machos los que presentan el plumaje más vistoso, siendo modesto el de las hembras. Aquí sucede lo contrario, la librea estival de las hembras es claramente más llamativa. Además, una cierta proporción de hembras muestran poliandría, se emparejan con más de un macho, aunque no simultáneamente sino secuencialmente en la misma temporada de cría. Y son los machos los que se ocupan de la incubación y del cuidado parental.

En España, el falaropo picofino se ha considerado un ave rara, al menos hasta hace unos años. Casi todas las observaciones corresponden a los pasos migratorios, son relativamente escasas (pero ni mucho menos excepcionales) y se tienen registros tanto de la costa atlántica como de la costa peninsular mediterránea o Baleares. En la Región de Murcia se ha visto principalmente en las salinas de San Pedro del Pinatar. Hay registros, de pocos individuos, correspondientes a los pasos migratorios de bastantes años de las últimas décadas, y al menos un registro invernal del mes de enero (1). La hembra que aparece en las fotografías fue vista por nosotros el 27 de julio de este año 2023; el dato sugiere que su paso postnupcial podría ser bastante más temprano que el de otros limícolas.


(1) Hernández Navarro, A.J., Coordinador (2006). Listado comentado actualizado de las aves de la comarca de Cartagena 2006 (S.E. de España, Murcia). ANSE. https://archivo.asociacionanse.org/naturalista-digital/pdfs/Listado%202006%20Comentado%20Actualizado%20Cartagena.pdf


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