Creo que se puede decir que la cigüeña común o cigüeña blanca (Ciconia ciconia) es una de las aves más espectaculares de la fauna ibérica. Y también de las más emblemáticas: por su simbolismo, tamaño, vínculos con los asentamientos humanos, fidelidad a los lugares de nidificación,…
Se trata de una especie migradora, aunque ya desde hace décadas va disminuyendo la proporción de individuos que atraviesan el estrecho de Gibraltar para pasar a África, mientras cada vez son más los que se quedan en la Península. Si lo que determina la migración es, más que el frío, la falta de alimento durante el invierno, se comprende bien esa tendencia, dada la proliferación de vertederos, donde pueden encontrar alimento más o menos abundante.
De todas formas, muchas siguen yéndose. Y vuelven. Después de 50 años sin citas de nidificación en el Sureste peninsular, desde 2012 hay repetidos intentos de cría, que algunas veces han llegado a tener éxito, por parte de una pareja de cigüeñas. Construyeron su nido en los terrenos de Terra Natura, entre Espinardo y el campus universitario. Sin embargo, parece ser que no son aves que han estado allí en cautividad, sino que son silvestres, que quizá han podido verse atraídas por las cigüeñas del aviario y eso ha influido para que intenten la cría precisamente aquí. En varias ocasiones se ha malogrado por circunstancias como el acoso de las gaviotas; algún año sí han sacado adelante a los pollos.
Este año las tenemos de nuevo con nosotros. El día 4 de marzo vimos 3 individuos en las cercanías de Espinardo: la pareja (observamos conductas de apareamiento) y su acompañante. Parece ser que ya llevaban algún día más allí. El 5, cuando volvimos a dar un paseo por la zona, estaba sólo la pareja.
A ver si este año va bien el proceso de cría y los pollos salen adelante.
Izquierda: los tres individuos vistos el día 4 de marzo. Derecha: el "tercero en discordia" (el ave que acompañaba a la pareja).
La pareja de cigüeñas, observada el día 5 de marzo.